En el artículo previo el autor propone el uso diferencial de la energía neta para cerdas gestantes y lactantes respecto a los cerdos de cebo. En esta segunda parte se exponen los datos en que se basa dicha propuesta.
Los resultados confirman la necesidad sistemas de energía neta específicos para gestación y lactacion
Para investigar la ventaja de esta propuesta, como se muestra en la Figura 1, se llevó a cabo un experimento que comparaba la digestibilidad en cerdos de engorde con la digestibilidad en cerdas gestantes y lactantes para 12 dietas con diferentes contenidos de fibra (FND) (Muley, Nutreco R&D, 2012). En el estudio, se alojaron individualmente 72 cerdos de engorde, 96 cerdas gestantes y 96 cerdas lactantes, y se determinó la digestibilidad. Las dietas se diseñaron para tener cuatro niveles diferentes de polisacáridos no amiláceos solubles (PNAs) con una cantidad cada vez mayor de FND no soluble dentro de cada nivel, que supuso un aumento de PNA totales. El diseño de las dietas según su contenido de fibra se muestra en la Figura 2. La Figura 3 muestra los resultados de energía digestible (ED) de las 12 dietas para cerdos de engorde, cerdas lactantes y gestantes. La ED fue significativamente mayor (P<0,05) en cerdas lactantes y gestantes, y esta diferencia tendió a aumentar a medida que el contenido de fibra en la dieta incrementaba. Esto muestra que la digestibilidad de las mismas dietas es de hecho mayor para cerdas gestantes y lactantes que para cerdos de engorde. La energía digestible de cerdas lactantes muestra una tendencia numérica ligeramente inferior a la de gestantes, lo cual es consistente con su mayor consumo (4,5 frente a 2,7 kg MS/d). Para validar nuestra propuesta, se analizó la digestibilidad en cerdas de las materias primas individuales (en base a datos del INRA; Sauvant et al. 2004). Se recalculó la digestibilidad de los PNA para cada materia prima en la base de datos, en base a la digestibilidad de proteína y materia orgánica proporcionadas por Sauvant et al. (2004), asumiendo digestibilidad total de grasa y almidón. La Figura 4 muestra la relación entre la digestibilidad de los PNA estimada para cerdas y cerdos de engorde. Esto respalda nuestra propuesta de que ambos digieren igual de bien la fibra altamente digestible, y que las cerdas digieren mejor la fibra de digestibilidad media. La Figura 4 no dispone de suficientes valores en el rango inferior de digestibilidad para confirmar realmente que la fibra de baja digestibilidad se digiere igual de mal, tanto en cerdos de engorde como en cerdas.
Figura 1. Relación hipotética entre la digestibilidad de polisacáridos no amiláceos (PNA) en cerdos de engorde y cerdas.
Figura 2. Diseño de los componentes de la fibra (Fibra neutro detergente (FND), polisacáridos no amiláceos (PNA) y polisacáridos no amiláceos solubles (PNAs)) en las dietas experimentales que comparan la digestión en cerdos de engorde y cerdas.
Figura 3. Relación entre el contenido de fibra neutro detergente (FND) de los piensos experimentales y el contenido de energía digestible (ED) calculada del pienso de cerdos de engorde y cerdas gestantes y lactantes.
Figura 4. Relación entre la digestibilidad calculada de polisacáridos no amiláceos (PNA) para cerdas y cerdos de engorde de acuerdo con la base de datos de INRA (Sauvant et al., 2004)
En conclusión, tanto nuestro estudio como los datos utilizados de Sauvant et al. (2004) respaldan la propuesta que muestra la Figura 1. Por lo tanto, se decidió desarrollar ecuaciones para la predicción de la digestibilidad de PNA y proteínas para cerdas gestantes y lactantes, en base a la digestibilidad en cerdos de engorde. Estas ecuaciones se utilizaron, junto con ecuaciones ya existentes para EN, para calcular valores de EN para cerdas lactantes y gestantes. Aunque en nuestra investigación la digestibilidad de PNA para cerdas lactantes fue numéricamente inferior en comparación con la de cerdas gestantes, se desarrolló una EN de lactación por separado debido a la importancia del consumo de energía durante la lactación.
Bases de datos independientes confirman la validez de los sistemas de energía para cerdas
Con el fin de validar las predicciones de digestibilidad en cerdas en base a la digestibilidad en cerdos, los valores de energía digestible (ED) calculados con las ecuaciones desarrolladas se compararon con valores de ED medidos. Los valores de ED medidos se obtuvieron a partir de un estudio propio anterior (Van Hees et al., 2005). La Figura 5 muestra la comparación entre valores de ED estimados y valores de ED medidos en cerdas para diferentes ingredientes de pienso. En general, se puede concluir que la relación entre los valores de ED estimados y medidos es buena (R2=0.86).
Figura 5. Comparación de energía digestible (ED) determinada en cerdas vacías (Van Hees et al, 2005) con la ED para cerdas gestantes calculada con las nuevas ecuaciones.
Uso de la energía neta en formulación
Según los precios de las materias primas en el último año, se calculó la diferencia entre la EN de cerdos y la EN de lactación (Figura 6) cuando las dietas de lactación se formulan en 2250 y 2450 kcal EN/kg, respectivamente. Nuestros resultados muestran que la diferencia entre la EN de cerdos y la EN de lactación es de aproximadamente 50 kcal para las dietas de lactación de energía media y alta, y confirmaron que debíamos aumentar el límite de energía mínimo con 50 kcal para las dietas de lactación de energía media y alta en nuestras recomendaciones de pienso para cerdas cuando se utiliza la EN de lactación.
Figura 6. Comparación entre la energía neta (EN) para cerdas lactantes y cerdos en el tiempo; dietas formuladas en 2250 y 2450 kcal/kg para dietas de lactación de energía media y alta.
Conclusión
Hemos desarrollado y validado una nueva propuesta de energía neta para cerdas gestantes y lactantes. El uso del nuevo sistema de energía neta para cerdas gestantes y lactantes hace posible una transición suave desde la dieta de gestación a la de lactación, con el beneficio que conlleva el aumento de los niveles de fibra en el rendimiento de la cerda.